viernes, 1 de febrero de 2008

Una carta

"Hola. Siempre he deseado decirte muchas cosas, pero usualmente discutimos. Sé que no nos soportamos y que no podemos estar juntas. No podemos, pero igual estamos juntas.
Te entiendo. Te entiendo perfectamente, aunque a veces pareciera que no.
Soy cómplice de todo y sé todo lo que sientes.
Sé que aún la amas, y no es porque lo digas con frecuencia, sino porque yo también lo siento. Sé que escribes su nombre inconcientemente en la carpeta o en una hoja y cuando te das cuenta sé que te dices: "Qué mierda!". Sé que te gusta Catherin y te pones nerviosa cuando te mira, sólo porque se parece a ella. Sé que piensas en ella cada vez que alguien menciona algo que a ella le gusta, o cuando alguien toma cierta actitud que te recuerda a ella. Lo sé. Pero no sé por qué aún la amas. ¿Por qué?
Tú sabes que es absurdo, ambas lo sabemos.
Duele, yo lo sé, pero imagina que ella ya te olvidó, imagina que ya no le importas y muy bien sabes que ella no te ama. ¿No es eso suficiente para dejar de amarla? ¿Es necesario que ella te mande a la mierda?
Todo depende de ti. Y también de mí.
Supongo que sabes lo que debes hacer".

L.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hay cuando mi vida cuando va ser el dia que tu pared desaparezca

exitos en el examen