jueves, 25 de octubre de 2007

Fuckault

Estuve leyendo Vigilar y Castigar de Foucault, libro que me mandaron a leer cuando estudiaba en la San Marcos. Y entonces recordé aquella época dorada.
A pesar del poco tiempo que estuve en la San Marcos, me pasaron cosas...extraordinarias. Sí, eso es lo que uno piensa cuando recién entra a la universidad y se encuentra con un mundo nuevo. Pero hay cosas que solo le pasa a un persona, y es muy bueno ser esa persona, si es que se ama experimentar lo "prohibido"o lo "inusual".

Era una joda no dormir y quedarse resolviendo las preguntas de una profe, y, peor aún, escuchando por horas las mismas canciones de Kudai. Era una joda que esa profe recibiese trabajos cuando no los hacía, o que cuando las hacía, no los recogía. Era una joda que me preguntase cuando no había entendido la lectura o cuando no la había terminado de leer. Pero cuando un tema me la sabía perfectamente (como la primera parte del libro Vigilar y Castigar), no me preguntaba. Pero sí me preguntó sobre la Segunda parte, y me jodí (y jodí al resto del grupo).
Pero era perfecto que esa profe nos mandara a leer un libro por semana que, obviamente, nos ayudaba a conocer mejor los temas. Leer a La arqueología del saber y Vigilar y castigar de Foucault y, de paso, la Historia de la sexualidad. Terminé una experta en cuestiones de sexualidad desde una perspectiva medio psicológica y antropológica. También me gustó el libro el Gen egoísta de Dawkins, que me hizo alucinar y llegar a un nivel de comprensión de los seres humanos elevadísimo (con la respectiva fumadaza... de un Marlboro, por supuesto).
Sí, el mejor momento del día en la universidad era cuando iba a sacar copias. Cuando me entregaban las hojas, yo las admiraba embelasada. Y pensar que leía partes del libro de Waldemar Espinoza y hasta intercambiábamos algunas palabras. Qué joda que no fue mi profe.

Ja! Y ya que hablamos sobre profes de Historia... Yo tengo un profe favorito, a quien "amo" y "venero". Sí, el Profe Maricón. Nunca le dije "maricón", pero creo que se sintió aludido con algunos calificativos que escribí y él mismo se autodenominó "maricón".
Joder, ese día fue el más humillante de mi vida. Nunca me había sentido tan mal, con tanta ira e impotencia. No sé qué mierda, pero en ese puto momento no pude decir palabra. ¡Ese hijo de puta me humilló! Y eso es lo que más odio en la vida (además de la Patita con maní =S).

En fin. Cosas así solo le pueden pasar a una persona. Desearía poder haber hecho más. No cosas inocentes como no entrar a clases o salirse de ellas, fumar en donde se supone que no se debe, o entrar con mentiras a la universidad un día feriado, o estafar a la tía del quiosco (pero con razón justa, pues la tía esa cobraba muy caro), o ir a la biblioteca a dormir o a escribir en las carpetitas: "Soy gay, llámame al 9########, solo chicos", o poner en todas las carpetas: "Mueran rojos!", "Qué viva Chile", y otras estupideces más.

Y recordé todo esto "gracias" al libro de Foucault.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quiza Pajares (seguro el), Heredia,Cabanillas, Rodrigues, Vega, Chaupis, ...? A lo mejor Pajares ese profe no aguanta pulgas...

L dijo...

Exactamente